El bombardeo de Guernica en 1937, la masacre que inspiró a Picasso

Devastación en Guernica. Los edificios en el antiguo pueblo vasco de Guernica fueron arrasados después de un ataque aéreo perpetrado por la Luftwaffe alemana, el 26 de abril de 1937. El centro urbano de la villa, de menos de 1 kilómetro cuadrado, quedó totalmente arrasado. Según el informe del Servicio Nacional de Regiones Devastadas – un organismo de la dictadura destinado a evaluar los daños materiales provocados durante la guerra, así como los posteriores trabajos de reconstrucción – el 85,22% de los edificios, un total de 271, fueron totalmente destruidos y el resto parcialmente afectado. Durante el bombardeo se lanzaron sobre Guernica un mínimo de 31 toneladas de bombas. Las bombas incendiarias provocaron el incendio de la villa, el cual no pudo ser sofocado en varios días. Se calcula que aproximadamente un tercio de los 5.000 habitantes de la aldea murieron en los ataques. Sin embargo, según los documentos disponibles hoy en día, se computaron un total de 1.654 muertos y 889 heridos.
El ataque fue fundamentalmente de dos cosas: un bombardeo de terror y un experimen-to de guerra. Se trataba de un enclave ideal para estudiar el efecto de las bombas incendiarias de la Luftwaffe así como los efectos posteriores al bombardeo. Otro aspecto que parece resultar clave, fue que el día del bombardeo en Guernica se celebraba mercado, lo que hacía de la villa un blanco único ya que en ningún otro lugar cercano se reunirían entre 10.000 y 12.000 personas en un área de menos de un kilómetro cuadrado. Por todo ello, el bombardeo de Guernica muestra un cierto método de guerra repetido por los ejércitos alemanes en varias ocasiones y que responde a dos fines claros: acabar lo antes posible con la guerra, y atacar la moral de los combatientes. Más tarde, en la Segunda Guerra Mundial, se aplicaría el método empleado en Guernica; varias ciudades soviéticas darían cuenta del modus operandi alemán puesto a prueba en la villa vasca.