Nuestros abuelos van a celebrar su aniversario de boda
– Hola, Isa, soy Andrea, ¿cómo estás?
– Hola guapa, ¿qué tal? A ver si nos vemos un día. Tengo muchas ganas de hablar contigo.
– Claro que nos vamos a ver. ¿No te acuerdas de que el próximo fin de semana es el aniversario de los abuelos?
– ¿Cómo no me voy a acordar? Por supuesto que me acuerdo. Las bodas de oro, cincuenta años juntos, ni más ni menos. ¿Cuándo vas a ir a su casa?
– Yo, el viernes, me he pedido un día libre en la oficina. Oye, te llamo para saber qué hacemos con los regalos. Digo yo que tenemos que encargar un enorme ramo de flores y una cesta con unas botellas de tinto y un jamón con entrega a domicilio. Para un buen comienzo del día de aniversario. Y luego toda la familia puede probar nuestro regalo, ¿Qué te parece?
– Me parece genial. Pero un regalo de verdad también lo tenemos que llevar.
– He pensado alguna cosita. Unos discos de ópera de principios del siglo o un juego de cubiertos de plata antiguos.
– O una tetera rusa, ¿cómo se llama? Me lo has dicho tú alguna vez.
– Ah, sí, un samovar puede ser un buen regalo. Pero es para hervir agua y los abuelos casi no toman té, solamente infusiones de vez en cuando. Tampoco le darán mucho uso.
– Tienes razón. Entonces iremos a una tienda de antigüedades y decidiremos sobre la marcha, ¿te parece bien?