Hoy he tenido una mañana muy movida. He llegado a la oficina a las 8.30, como siempre. Me gusta llegar puntual.
– Hola a todos, – he saludado yo a mis compañeros de trabajo.
– Hola, Marina, ¿qué tal estás? – ha sido la respuesta.
Me he hecho un café y me he comido seis caramelos: es que he dejado de fumar y tengo que distraerme (отвлечься). He mirado mi correo electrónico y de repente ha empezado a sonar el teléfono sobre mi mesa de trabajo.
– Sí, dígame.
– Hola Marina, soy Pedro Sánchez, de ExpoMurcía. ¿Te acuerdas de mí?
– Hola, Pedro, claro que me acuerdo de ti. ¿Cómo estás?
– Pues, la verdad, no muy bien. Acabo de llegar a Moscú y no ha venido nadie a buscarme al aeropuerto. No sé qué hacer. Tengo que pasar por el hotel y luego ir a la feria de productos agrícolas, que hoy es el primer día.
– Espera un poquito, ahora te llamo.
He colgado y he contactado por teléfono a mi compañera Paula en la oficina de Moscú. Me ha dicho que por desgracia está en un atasco (пробка) y que llega al aeropuerto en 10 minutos. ¡Qué bien! ¡Qué alivio!