Teresa y Daniel son una pareja joven. Les gusta pasar todo el tiempo libre juntos, disfrutan leyendo libros, escuchando música, viendo películas, paseando, corriendo en el parque, cenando en compañía de sus amigos.
Teresa es más tranquila que Daniel, prefiere el ballet clásico, la ópera, el cine de autor y la cocina japonesa. Se puede decir que el mejor regalo para Teresa son entradas para el estreno de una película o la actuación de una buena compañía de teatro.
Daniel es más enérgico y movido que su mujer. Tiene un grupo de música rock y toca con sus amigos casi todos los fines de semana. Además, hace mucho deporte, le encanta el esfuerzo físico y la gente alegre. En estos momentos los dos están volviendo del trabajo a casa.
DANIEL: ¿Qué tal, cariño? ¿Cómo te ha ido en el trabajo?
TERESA: Uff, estoy muy cansada. Es que ayer me quedé hasta muy tarde acabando el proyecto. Lo presentamos el lunes. Tú te dormiste pronto, pero a mí me llamó mi jefa, me preguntó detalles y me alabó la idea. En fin, casi no dormí anoche.
DANIEL: Pobrecilla. ¿Pero recuerdas que hoy es viernes? Mañana, sábado, tocamos con los chicos. Hoy podemos hacer algo juntos. ¿Y si salimos esta noche?
TERESA: Me parece buena idea. Seguro que ya tienes algún plan.
DANIEL: ¿Quieres ir a bailar a una discoteca?
TERESA: Sabes muy bien que no me gustan esos sitios. Hay mucho humo, ruido, es difícil hablar… No, no y no… Me apetece más ver una película. ¿Has visto algo interesante en la cartelera? Mejor una comedia que un drama. Y no quiero películas de suspense ni de terror. No estoy de humor y nunca me han gustado.
Teresa y Daniel deciden volver a casa y mirar en Internet la cartelera del cine que está cerca de su casa. Pero no es fácil encontrar una película del gusto de Teresa. Lee las críticas y no encuentra nada. Una le parece demasiado aburrida, otra, demasiado larga, de la tercera no le gustan los actores, piensa que son malos, a pesar de que la película ha hecho mucha taquilla. Daniel empieza ya a cansarse.
DANIEL: Bueno, Tere, ¿por qué simplemente no salimos a dar una vuelta y nos acercamos a una taquilla a ver qué entradas tienen para alguna obra de teatro?
TERESA: Pero ¿qué dices? Es mucho más fácil entrar en la página donde se venden las entradas de teatros y conciertos, elegir la fecha y el espectáculo y si es necesario, reservar las entradas. Puedes ver también los asientos que todavía están libres e incluso pagar con tarjeta. ¿Me invitas a un ballet?
DANIEL: De acuerdo. ¿El Lago de los Cisnes o Cascanueces? ¿Qué teatro prefieres?
TERESA: La Compañía Nacional de la Danza, no. No me gusta el repertorio moderno que tienen. Vamos a buscar otra cosa.
Teresa y Daniel deciden ir a ver la actuación de una compañía de ballet mundialmente conocida que está de gira en Madrid. La presenta un director muy famoso. Eligen asientos en el balcón, porque el patio de butacas les parece muy caro, incluso las últimas filas. Pero la sala no es grande y el escenario estará cerca, así no se perderán ningún detalle.
Saben que tienen que estar en el teatro media hora antes del comienzo de la actuación, para poder entrar con tranquilidad, no hacer cola en el guardarropa y poder coger unos prismáticos. Además, a Teresa le gusta mucho pasear por el vestíbulo, viendo fotos de actores famosos. Le gusta el ambiente del teatro, el público entusiasmado y los aplausos.
Para ella, como para todos los apasionados del teatro, existe en el escenario una magia que casi a ningún arte se le compara. El teatro es espontáneo, dos obras representadas nunca son iguales y siempre se ven de manera diferente, no como una película o una obra de literatura que podemos ver o leer mil veces y nunca cambian.
Está de acuerdo con la famosa frase “El teatro es tan infinitamente fascinante, porque es muy accidental, tanto como la vida”.