Nuestro amigo Agustín sigue familiarizándose con las costumbres rusas. Ya ha conocido de primera mano el eneldo que se añade a muchos platos, ha probado los exquisitos blinís o crepes con caviar, ha aprendido que no se silba en casa ni se ponen los bolsos en el suelo si se quiere tener dinero. Hoy se enfrenta a un nuevo reto: de repente han aparecido por la ciudad unas cintas de color negro y naranja. Agustín quiere saber qué son, pero quiere mostrarse educado y respetuoso.
Hoy, al quedar en una cafetería con sus amigos rusos, les deja caer la siguiente frase…
– Por cierto, chicos, esta cinta que lleva la gente atada a los bolsos o prendida en la solapa, ¿dónde la puedo encontrar?
– Ah, la cinta de San Jorge, te la dan gratis en algunas partes. La llevamos por estas fechas para honrar a los caídos en la Gran Guerra Patria. Es una iniciativa muy bonita. Verás a voluntarios que las ofrecen por las calles.
– Pues, estaré atento a lo que ocurre a mi alrededor en la calle, gracias.
– Creo que tengo una en casa, la he cogido para mi hermana, pero en el cole le han dado otra.
– Muchas gracias, me gustaría tener una.
– ¿Y te la vas a poner?
– Ni lo dudes. ¿Sabes que incluso los cosmonautas que se encuentran ahora en la estación espacial internacional se la prenderán? Yo quiero mostrarme solidario con todos vosotros y la llevaré sin falta.
– Si te gusta la idea, me parece genial. Te sacaremos fotos y así tendrás muchas cosas que contar a tu familia.